El neumotórax abierto se origina a partir de una herida penetrante en tórax que permite la entrada de aire atmosférico por el orificio artificial que crea, ya que la resistencia es mucho menor a través de la herida que de la propia vía aérea. Cuando el proyectil rasga la pleura permite que el aire proveniente del exterior ingrese entre las dos hojas de la serosa que evolucionará hacia el colapso pulmonar. En algunos casos, la lesión músculo esquelética que resulta de la penetración creará un mecanismo valvular que permitirá el ingreso de aire pero no la salida determinando la presencia de un neumotórax hipertensivo.
Diagnóstico: El paciente presenta disnea importante con dolor torácico. El diagnóstico de neumotórax abierto se realiza a partir de la presencia de una herida torácica succionante donde el intercambio de aire entre la herida y el exterior es evidente. Si la herida es sangrante podrán observar burbujas.
Tratamiento: Se procederá con la evaluación primaria enfatizando una adecuada suplementación de oxígeno. El flujo del aire desde el exterior puede interrumpirse colocando una válvula que consiste en un apósito cuadrado de polietileno o similar cerrado en tres de sus cuatro lados, a modo de bolsillo. Se prefiere dejar sin cerrar el lado que apunta hacia abajo (según la posición del paciente) de modo de que la gravedad facilite el drenaje de la sangre. Si la herida tiene entrada y salida esta válvula debe ser instalada en el orificio principal y los restantes se cubrirán por completo. Su función es la de ocluir la herida en el momento de la inspiración (para evitar que se siga entrando aire en la cavidad pleural), y en la espiración ayudará a la evacuación del aire.
Existen a la venta diversos tipos de vendajes oclusivos para neumotórax abierto pensados originalmente para el uso militar; los dos más difundidos son:
Vendaje de Asherman (Asherman Chest Seal)
Vendaje Hyfin (Hyfin Chest Seal)
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