ABC Primario

A Vía aérea con control cervical
La prioridad fundamental en la atención de emergencias es proveer una vía aérea permeable. El mecanismo más frecuente por el cual la vía aérea puede comprometerse en el paciente inconsciente es la obstrucción causada por la lengua y los tejidos blandos de la faringe al perderse el tono muscular. Además, puede obstruirse con cuerpos extraños como dentaduras postizas, sangre, vómito, etc. En el paciente traumatizado pueden sumarse lesiones anatómicas en la vía aérea y sus complicaciones asociadas: edemas, hematomas, rotura de cartílagos, quemaduras, etc.
Solo existe la seguridad de una vía aérea completamente permeable cuando la persona se encuentra consciente, hablando y no presenta dificultad respiratoria. En cualquier otra situación es necesario mantener un alto índice de sospecha y tratar la vía aérea cuando exista el menor riesgo de obstrucción. Durante el ABC primario se utilizan maniobras básicas para el manejo de la vía aérea
(posicionamiento adecuado de la cabeza, cánulas faríngeas) y aspiración si fuera necesaria. Dado que
inicialmente todo paciente traumatizado expuesto a un mecanismo de lesión importante y con una cinemática acorde se considera con riesgo de lesión cervical, todo diagnóstico o tratamiento que se realice sobre la vía aérea de un paciente traumatizado debe ser bajo un estricto control de la columna cervical, que, durante la evaluación primaria, se realizará sosteniendo manualmente la cabeza y el cuello del paciente, evitando así cualquier movimiento lateral o de flexo-extensión.

B Ventilación y oxigenación
En caso de paro respiratorio el paciente requerirá de ventilación artificial. Esta puede realizarse utilizando una bolsa tipo ambú (sistema bolsa válvula máscara) con reservorio conectada a una fuente de oxígeno lo que permitirá entregar una concentración de este gas cercana al 100%. Considere siempre que ventila con bolsa-válvula máscara colocar una cánula orofaríngea para mejorar la permeabilidad de la vía aérea. Por regla general todo paciente traumatizado (especialmente aquellos que presenten algún grado de dificultad respiratoria y/o hemorragia) requieren de oxígeno en altas concentraciones que, en caso de respirar por sus propios medios, puede ser suministrado mediante una máscara facial con reservorio. Solucionada cualquier obstrucción de la vía aérea en la parte A (prestando especial atención a aquella causada por la lengua en la pérdida de conciencia) las causas más importantes de dificultad respiratoria en el paciente traumatizado prehospitalario son las lesiones que interesan la integridad de la caja torácica (especialmente fracturas complicadas y segmentos flotantes), el neumotórax abierto (herida torácica succionante) y el neumotorax a tensión, estas situaciones deben reconocerse y tratarse en esta etapa por lo tanto, corresponde también revisar tanto el cuello como el tórax del paciente; que deberá ser expuesto, observado, palpado y auscultado.

Circulación
De no encontrarse pulso carotídeo se diagnostica el paro cardiaco y se comenzará con las compresiones torácicas tal cual se describirá en el capítulo sobre RCP. En caso de presentarse hemorragias severas que pudieran comprometer la vida del paciente se procederá a detenerlas realizando presión directa. En un primer momento se priorizará la hemostasia sobre la asepsia, aunque deberá tomar los mayores recaudos posibles para evitar complicaciones infecciosas posteriores. Como se verá en el capítulo destinado a hemorragias, el método para detenerlas, es presión sobre el sitio del sangrado con la mano enguantada o algún apósito lo más limpio posible. Los torniquetes se reservarán para el caso que la hemorragia no pueda ser detenida por ningún otro medio y que comprometa inmediatamente la vida del paciente. Un paciente traumatizado (con hemorragias externas o no) que se presente pálido, frío y sudoroso es altamente sugestivos de shock hipovolémico.

Déficit Neurológico (Trauma)/Diagnóstico del ritmo de paro cardíaco y Desfibrilación.
Paciente con pulso: se procederá a evaluar el grado de déficit neurológico, en esta primera evaluación, lo haremos mediante un método breve conocido como AVDI:
Es muy importante recordar que la excitación de un paciente traumatizado no debe atribuirse inicialmente al estrés de la situación sino puede deberse fundamentalmente al traumatismo de cráneo, shock incipiente o abuso de sustancias. 



En paro cardiorrespiratorio se conectará el monitor/desfibrilador para diagnosticar el ritmo de paro cardíaco. El objetivo es diferenciar los ritmos chocables –como la fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso- (ver capítulo de RCP) de otros ritmos no chocables con menores probabilidades de retorno a la circulación espontánea. En caso de hallarse FV/TV se procederá a desfibrilar como se describirá más adelante en el capítulo de Reanimación cardiopulmonar.

Finalizada la evaluación primaria debemos clasificar al paciente como crítico y no crítico. En caso de que nuestro paciente cumpla con criterios que lo indiquen como de alto riesgo debe priorizarse un traslado rápido a un centro de emergencias por sobre una mayor complejidad semiológica o terapéutica en el lugar; estrategia conocida como intervención limitada en la escena o , simplemente, “cargar y llevar”. En el caso de pacientes críticos, el tiempo en la escena nunca debe exceder los 10 minutos salvo situaciones apremiantes como por ejemplo que el paciente se encuentre atrapado y requiera extricación prolongada.




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