Para administrar medicamentos por vía intramuscular, se requiere que el mismo esté formulado para ese uso y debe utilizarse (para adultos) una jeringa o inyectadora con aguja de más de una pulgada, con un calibre que permita que el líquido pase a través de ella y con un largo suficiente para llegar al interior de la masa muscular; entre las agujas más frecuentemente utilizadas están las de 21G (calibre) x 1 ó 1½ (largo en pulgadas), que vienen en las inyectadoras de 3 y 5 cc.
Se recomienda que el volúmen administrado por esta vía sea menor o igual a 3 cc, así como también, que el número de dosis del medicamento a inyectar no sean numerosas, en virtud del dolor e incomodidad que se le causará al paciente.
Tradicionalmente se habla de dividir el glúteo en 4 cuadrantes e inyectar en el
CUADRANTE SUPERIOR EXTERNO, tal como se muestra a la derecha, donde penetra en el vientre del glúteo mediano y posiblemente en el glúteo menor; todo esto para evitar pinchar y lesionar un cierto número de importantes nervios y vasos sanguíneos que discurren por los otros cuadrantes, entre los que destaca el nervio ciático.
Las inyecciones en cualquiera de los dos cuadrantes inferiores pueden lesionar el nervio ciático, así como otros nervios y vasos que emergen por debajo del músculo piramidal de la pelvis, ubicado profundamente en la región
Con una inyección aplicada en un área inapropiada también pueden lesionarse las ramas glúteas del nervio femorocutáneo posterior, dando como resultado dolor y pérdida de sensibilidad en la parte posterior del muslo hasta la corva
Anatómicamente es preferible aplicar las inyecciones con el paciente en posición acostado boca abajo, con los grupos musculares relajados. Si se hace con el paciente de pie e inclinado hacia adelante, una aguja insertada en el área aparentemente segura, puede atravesar el músculo piramidal de la pelvis y las ramas del nervio femorocutáneo posterior o la división peronea del nervio ciático.
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