Es un trastorno pigmentario, debido a una hiperinsulinemia secundario a la resistencia de las células del cuerpo en contra de la insulina, tal como se presenta en la diabetes tipo II, el cual se acompaña en esta situación en general de signos de hiperandrogenismo (hirsutismo, acné y oligomenorrea en las mujeres) siendo en estos casos una resistencia grave a la insulina, el Síndrome Metabólico y en la obesidad.
Al parecer, la incrementada concentración de insulina activa o estimula a ciertos receptores celulares promotores de la proliferación de células de la piel.
Se conocen cuatro tipos de acantosis nigricans:
- El síndrome de Miescher, que es una forma benigna y hereditaria; está asociada con la obesidad afectando a 2/3 de los adolescentes que superan el 200% de su peso ideal.
- El síndrome de Gougerot Carteaud, que es también una forma benigna y posiblemente hereditaria, pero que se da en mujeres jóvenes;
- La pseudoacantosis nigricans que es una forma juvenil benigna que se asocia a la obesidad y alteraciones endocrinológicas
- La acantosis maligna, relativamente infrecuente, se forma en el adulto asociado con frecuencia a un tumor maligno interno, sobre todo del tubo digestivo.
Las personas con sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de desarrollar acantosis nigricans, que a menudo mejora o desaparece si adelgazan. Algunas personas la heredan. Determinados medicamentos, como la píldora anticonceptiva y otros tratamientos hormonales, también pueden provocar esta afección cutánea.
A veces, afecta a personas que padecen diabetes tipo 2 o que tienen un riesgo incrementado de desarrollar este tipo de diabetes. En estos casos, la acantosis nigricans no es peligrosa en sí misma. No obstante, puede ser un signo de diabetes u otros problemas de salud que los médicos deberían descartar. A veces, diagnosticar y tratar el problema de salud puede mejorar o hacer desaparecer esta afección cutánea.
Según la Asociación estadounidense para la diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), casi el 75 % de los niños con diabetes tipo 2 desarrollan acantosis nigricans. Para muchos, controlar la diabetes y el peso (si tienen sobrepeso) contribuye en gran medida a reducir la visibilidad de la acantosis nigricans.
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