En esta ocasión hablaremos de la Lactancia Materna, también daremos consejos para tener suficiente leche y hablaremos sobre cómo extraer y conservar la leche materna.
Lactancia Materna:
Lactancia Materna:
La
lactancia materna tiene un sinfín de beneficios pues está constituida por
elementos nutritivos, enzimáticos e inmunológicos que aseguran un crecimiento y
desarrollo óptimos del lactante. Es un fluido vivo y cambiante que se adapta a los requerimientos
nutricionales e inmunológicos del niño y modifica su composición en la medida
que el niño crece y necesita otros nutrientes y/o factores de protección.
También tiene variaciones a distintas horas del día, entre cada mamada, en una
misma mamada y según el estado nutricional de la madre.
"Los
niños alimentados a pecho tienen un menor riesgo de obesidad en la edad adulta,
un mejor desarrollo cerebral y de la retina y una menor posibilidad de sufrir
enfermedades graves. El líquido biológico de la vida siempre está pronto, a una
óptima temperatura, libre de contaminación, libre de manipulación, sin
intermediarios, sin costos."
Después
del nacimiento, el estímulo de succión del niño en el pecho de la madre, libera
cantidades necesarias de hormonas que facilitan la adecuada contracción del
útero, evitando hemorragias. Se ha comprobado (en numerosos estudios de
diversos países y culturas) una menor incidencia de enfermedades malignas de
los ovarios, del útero y especialmente de la propia glándula mamaria en la
madre que amamanta. También durante la lactancia se ha comprobado una elevación
del HDL (fracción "buena" del colesterol) que disminuye el riesgo de
enfermedad de las arterias coronarias. Otro factor positivo del amamantamiento
es el descenso rápido y sostenido del peso corporal materno.
Para
tener suficiente leche recordar que:
-
Los primeros días los bebés piden el pecho mas seguido, esto ayuda a estimular
la producción de leche de su madre.
-
Durante la noche es preciso amamantar al menos una vez.
-
Durante el primer mes no debes dejar pasar más de 3 o 4 horas sin amamantar.
-
Es preciso alternar el pecho con el que comienzas a dar de mamar cada vez.
-
La "leche del final de la mamada" es la mas rica en grasas por lo que
es bueno vaciar un pecho antes de ofrecer el otro.
Es
importante que elegir la posición más cómoda (acostada, sentada, sosteniendo al
bebé con un almohadón, levantando las piernas con un banquito). Todo el cuerpo
del bebé debe estar enfrentado a tu cuerpo "panza con panza". La boca
y la mandíbula del bebé deben estar pegadas al pecho. La boca del bebé debe
estar bien abierta tomando el pezón y la mayor parte de la aréola (sus labios
quedan como la boca de un pescado).Para retirar al bebé del pecho puede poner
el dedo en la comisura de sus labios para evitar que te lastime.
Crisis
transitoria de la lactancia
Es común que
entre el segundo y tercer mes el bebé pida pecho con más frecuencia. A la mamá
le parece que el bebé antes quedaba satisfecho y ahora parece quedarse con
hambre. A esto se le llama crisis transitoria de la lactancia y se debe a que
el niño ha duplicado su peso del nacimiento y ahora requiere mayor volumen de
leche. La forma de obtenerlo es darle de mamar con mayor frecuencia, generando
un estímulo a la glándula mamaria y por lo tanto se incrementará la producción
de leche
La mamá debe aprender a extraerse y
conservar su leche
Pasos
a seguir para sacarse leche:
1.
Lavarse bien las manos y buscar un lugar tranquilo
2.
La madre debe realizarse un masaje circular en los pechos durante mas o menos
un minuto. Luego desde atrás hacia el pezón, hasta sentir la bajada de la
leche.
3.
La mamá se inclinará hacia delante y colocará el dedo pulgar en el borde
superior de la aréola y el índice en el borde inferior.
5.
Apretará con cuidado los dedos hacia adentro y presionará como si quisiera
juntar los dedos por detrás de la aréola. Hacer este movimiento en forma
rítmica, cambiando la posición de los dedos hasta dar una vuelta completa a la
mama.
6.
La cantidad de leche lograda es variable y con el tiempo podrá ir sacando más
cantidad.
Para
conservarla:
Colocarla
en un envase de vidrio o de plástico duro, bien lavado y enjuagado. Es mejor
que se conserve en porciones pequeñas.
¿Cuanto
tiempo se conserva la lecha materna?
A
temperatura ambiente: 8 horas
En
la heladera: 2 días
En
el congelador: 14 días
En
el freezer: 3 meses
¿En
que se diferencian la leche materna y la leche de vaca?
La leche de vaca es mucho más densa en nutrientes, salvo en hidratos de carbono, que la de mujer. Esta característica global hace que, en su forma natural, no sea apta para la alimentación en los primeros meses de vida.
Proteínas
La diferencia entre la leche de vaca y la humana radica en que la leche de vaca contiene más proteínas; caseínas y beta-lactoglobulina. Esta última proteína es un potente alergeno (sustancia capaz de producir una reacción alérgica) para los bebés. Además, presenta una gran resistencia a la digestión ácida del estómago, de manera que es probable que atraviese el intestino sin ser digerida.
La leche materna contiene la mitad de proteínas, tiene menos caseínas, por lo que precipita en finos grumos en el estómago, siendo más fácil de digerir (no coagula). En cambio, la leche de vaca forma un coágulo grande que es difícilmente atacado por los jugos gástricos. Además, la leche de mujer contiene otras sustancias proteicas que favorecen la digestión y absorción de las grasas y que tienen acción bactericida.
Hidratos de carbono
En la leche materna el principal hidrato de carbono es la lactosa, presente en mayor cantidad que en la leche de vaca. Este azúcar es transformado en ácido láctico por la flora intestinal, lo que favorece la absorción de calcio, hierro, fósforo y otros minerales. Su concentración no varia a pesar de las modificaciones dietéticas y las condiciones nutricionales de la madre. El resto de azucares de la leche materna (oligosacáridos) favorecen el crecimiento de Lactobacillus bifidus (el tema que hablamos sobre prebióticos y probioticos), bacterias que generan un medio intestinal adecuado que inhibe el crecimiento de determinados microorganismos patógenos.
Lípidos o grasas
Son la principal fuente energética de la leche materna. El contenido en lípidos de la leche materna varía de una mujer a otra, de una toma a otra, siendo más rico al final de la mañana y al inicio de la tarde, dentro de la misma toma (contiene 4 veces más de lípidos al final de la toma) y aumenta a lo largo de la lactancia. En general, la leche materna es más rica en grasas que la de vaca, y más abundante en ácidos grasos insaturados, los cuales ejercen un papel importante en el desarrollo del sistema nervioso. Sin embargo, recuerden tal como charlamos, que los ácidos grasos esenciales no podemos producirlos por nuestros propios medios y que el tipo de grasas que la madre consuma, será el que estará mayormente presente en la leche.
Vitaminas
La leche materna contiene las vitaminas en la concentración adecuada para los bebés. Una salvedad es la vitamina D, pero que se sintetiza a través de la exposición (prudente por supuesto) del bebe al sol.
La leche de vaca es mucho más densa en nutrientes, salvo en hidratos de carbono, que la de mujer. Esta característica global hace que, en su forma natural, no sea apta para la alimentación en los primeros meses de vida.
Proteínas
La diferencia entre la leche de vaca y la humana radica en que la leche de vaca contiene más proteínas; caseínas y beta-lactoglobulina. Esta última proteína es un potente alergeno (sustancia capaz de producir una reacción alérgica) para los bebés. Además, presenta una gran resistencia a la digestión ácida del estómago, de manera que es probable que atraviese el intestino sin ser digerida.
La leche materna contiene la mitad de proteínas, tiene menos caseínas, por lo que precipita en finos grumos en el estómago, siendo más fácil de digerir (no coagula). En cambio, la leche de vaca forma un coágulo grande que es difícilmente atacado por los jugos gástricos. Además, la leche de mujer contiene otras sustancias proteicas que favorecen la digestión y absorción de las grasas y que tienen acción bactericida.
Hidratos de carbono
En la leche materna el principal hidrato de carbono es la lactosa, presente en mayor cantidad que en la leche de vaca. Este azúcar es transformado en ácido láctico por la flora intestinal, lo que favorece la absorción de calcio, hierro, fósforo y otros minerales. Su concentración no varia a pesar de las modificaciones dietéticas y las condiciones nutricionales de la madre. El resto de azucares de la leche materna (oligosacáridos) favorecen el crecimiento de Lactobacillus bifidus (el tema que hablamos sobre prebióticos y probioticos), bacterias que generan un medio intestinal adecuado que inhibe el crecimiento de determinados microorganismos patógenos.
Lípidos o grasas
Son la principal fuente energética de la leche materna. El contenido en lípidos de la leche materna varía de una mujer a otra, de una toma a otra, siendo más rico al final de la mañana y al inicio de la tarde, dentro de la misma toma (contiene 4 veces más de lípidos al final de la toma) y aumenta a lo largo de la lactancia. En general, la leche materna es más rica en grasas que la de vaca, y más abundante en ácidos grasos insaturados, los cuales ejercen un papel importante en el desarrollo del sistema nervioso. Sin embargo, recuerden tal como charlamos, que los ácidos grasos esenciales no podemos producirlos por nuestros propios medios y que el tipo de grasas que la madre consuma, será el que estará mayormente presente en la leche.
Vitaminas
La leche materna contiene las vitaminas en la concentración adecuada para los bebés. Una salvedad es la vitamina D, pero que se sintetiza a través de la exposición (prudente por supuesto) del bebe al sol.
Minerales
La leche materna es tres veces menos rica en minerales que la leche de vaca, en especial en sodio, lo cual impide una sobre carga renal en el lactante (recuerden que el riñón aún no está maduro). El contenido en calcio y en hierro es menor, pero su absorción es mejor o más eficaz.
La leche materna es tres veces menos rica en minerales que la leche de vaca, en especial en sodio, lo cual impide una sobre carga renal en el lactante (recuerden que el riñón aún no está maduro). El contenido en calcio y en hierro es menor, pero su absorción es mejor o más eficaz.
Otros componentes diferenciales
La leche de mujer tiene lisozimas y factores de crecimiento que favorecen el equilibrio de la flora intestinal, además le transfiere inmunoglobulinas que le proporcionan protección inmunológica.
Alimentación complementaria:
Visita el siguiente link y enterate sobre alimentacion complementaria de los niño entre 0 y 2 años.
Alimentación complementaria de los niños entre 0 y 2 años.
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Alimentación complementaria de los niños entre 0 y 2 años.
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